25 may 2006

ALGO PROPIO



12 HORAS DESPUÉS

Quedaban doce horas para el fin del mundo, para el fin de mi mundo, de tu mundo, de nuestro mundo. Doce horas para acabar con una vida de retos, abrazos, lágrimas, huidas hacia delante, comprensión, incompatibilidades, éxtasis, depresiones, besos... doce horas para que el mundo que había conocido acabara y volviera a nacer a un nuevo mundo, a una nueva vida. Doce horas para enfrentarme a la posibilidad de ser feliz de nuevo. Doce horas para renacer de las cenizas de una vida extinguida. Y ni tú ni yo ni nadie sabía que doce horas después subiría a mi maleta para navegar en un mar de noche cerrada en busca de un faro que me iluminara con sus ojos.

Hermógenes


Esta es mi primera aportación totalmente personal a mi Blog, pero antes de nada quiero agradecerle a Manwé haberla publicado en La Canalla (http://lacanalla.blogspot.com) y, sobre todo, haber ilustrado perfectamente esta pequeña historia que cambió mi vida.

No hay comentarios: